Me siento en la orilla del mar mirando la puesta de Sol, esperando el color naranja del atardecer... las nubes no me dejaran fotografiar cuando el sol se funde con el mar...mientras pasan las gaviotas, indiferentes a quienes intentan encontrar un momento de abstracción o perpetuar el instante único que se repite, inevitablemente, cada día...
Las nubes intentan cubrir las iluciones del instante de fusión, las gaviotas buscan su nido, ninguna nota mi ansia de perpetuar el instante preciso, un instante que perdure para siempre, depronto aparece ella, en vuelo rasante y tranquilo, me ve y sonrie, da una vuelta sobre mi y se dirige al horizonte, yo entendí inmediatamente el guiño que me dio, apunte el lente de mi cámara a la coqueta ave, que sin apuro vuela lento frente a mi, como una modelo que luce su vestido, le disparo una, doz... diez fotos, sólo una le dio directo, entre el corazón y el orgullo. Segura que su paseo por la pasarela fue un evento único, se devuelve y me vuelve a guiñar el ojo... la saludo y con un menear de mi mano, le agradezco su paseo salvador que convirtió una puesta se Sol perdida, en el momento más presiado dentro de mis archivos fotográficos...
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